Centenario del nacimiento de Erick Honecker
“Yo entregué mi vida a la RDA. Y tengo, al término de mi vida, la certeza de que la RDA no fue fundada en vano”
Erick Honecker
Sergio A. Pampliega
En días recientes se han cumplido cien años desde que el 25 de agosto de 1912 naciera en Neunkirchen (Sarre), en el seno de una familia obrera y de tradición comunista, Erich Honecker.
Vinculado desde muy joven a la Juventud Comunista de Alemania, obtendría formación en la Escuela Internacional Lenin y volvería a Alemania con la llegada del nazismo en 1931 para iniciar la lucha antifascista como Secretario General de la Juventud Comunista de Alemania. Detenido en 1935, pasará diez años en prisión hasta ser liberado por el Ejército Rojo, será su primera experiencia como preso del régimen de la burguesía alemana, aunque no la última.
La conformación del estado socialista de obreros y campesinos de la RDA se sentó sobre la base de una unidad popular democrática y antifascista, lo que se tradujo en la organización de la clase obrera y el campesinado en torno a distintos organismos populares. Con este objetivo, tras el fin de la guerra, Honecker se vuelca en el proceso de conformación de la Juventud Libre Alemana (Freie Deutsche Jugend, FDJ), cuyo germen es la Juventud Comunista, que dirigirá durante 10 años. Durante esta época, la Juventud Libre Alemana jugará un papel muy importante en la reconstrucción de la Alemania de posguerra, centrándose principalmente en las campañas a favor de la paz y la desmilitarización. En la RFA, la FDJ combatirá el rearme y la militarización del ejército federal, que finalmente acabaría integrándose en la OTAN en 1955, convirtiéndose en cabeza de puente del imperialismo. En este contexto y por el auge de la política anticomunista en la RFA, la Juventud Libre Alemana será ilegalizada en 1951 (el Partido Comunista de Alemania lo será en 1956). Muchos jóvenes comunistas y antifascistas fueron arrestados, reprimidas sus manifestaciones, asesinados algunos de ellos, como Phillip Müller. A la par, en la RFA se completaba la integración total de los dirigentes nazis en todo lo amplio del aparato superestructural del sistema. Caso paradigmático de esto es el nombramiento de Hans Martin Schelyer como presidente de la patronal alemana, responsabilidad a la que accede desde su condición de directivo de Mercedes Benz y con el “mérito” de haber sido el último comandante de las SS en Praga. Cabe destacar que, pese a este contexto, la FDJ ni se rindió, ni desapareció de manera efectiva, sino que continuó su lucha en la clandestinidad.
En cambio, en la RDA, la Juventud Libre Alemana contaría con gran apoyo institucional y popular, y en el proceso de construcción del socialismo se convertiría en una organización de masas que agruparía a gran parte de los jóvenes alemanes, convirtiéndose en organización miembro del Frente Nacional y en 1948 en miembro de la Federación Mundial de la Juventud Democrática. Entre sus actividades encontramos la creación y dirección de centros culturales, clubs juveniles o discoteca; así como la organización de viajes y excursiones para la juventud a través de la agencia “Jugendtourist” y la actividad política dentro del Frente Nacional. Además de prestar ayuda en diferentes campañas de construcción y de seguridad.
La República Democrática Alemana se constituiría en 1949 como un Estado socialista y antifascista “de obreros y campesinos” tal como recoge su constitución. Con el objetivo primordial de la reconstrucción del país mediante la alianza democrática de cinco partidos políticos (Partido Socialista Unificado de Alemania, Partido Campesino Demócrata de Alemania, Unión Cristiano-Demócrata de Alemania, Partido Liberal Demócrata de Alemania y Partido Nacional Demócrata de Alemania) cinco organizaciones de masas (Confederación de Sindicatos Libres Alemanes, Unión Democrática de Mujeres de Alemania, Juventud Libre Alemana, Unión Cultural de la RDA y Unión de Ayuda Mutua Campesina) se conforma el Frente Nacional de la Alemania Democrática. El Frente Nacional se convierte en instrumento encaminado a incrementar e incentivar la actividad política de todos los ciudadanos de la RDA con la guía del partido obrero, de vanguardia y con más militantes en el país: el PSUA (SED), unión del Partido Comunista Alemán y del Partido Socialdemócrata de Alemania. Honecker sería nombrado en 1958 Secretario del Comité Central del PSUA (SED), cargo que mantuvo al ser nombrado en 1960 Secretario del Consejo de la Defensa Nacional, desde ese cargo acometió la construcción del Muro de protección antimperialista en 1961, construido a raíz de las crecientes tensiones ente la RDA y la RFA. El contexto que lleva a la construcción del muro de la defensa es una creciente militarización de la RFA, su entrada en la OTAN en 1955, su financiación de actividades contrarrevolucionarias (con más de 90 grupos de espionaje y acción) la RFA proclama repetidamente su finalidad oficial de anexión de la RDA. Cuán alta y cuán fuertemente fortificada deba ser una frontera, depende, como es sabido, del tipo de relaciones que existan entre los estados de ambos lados de ésta; en Berlín se vivía, en ambos lados de la misma calle, la contradicción antagónica entre el bloque capitalista-imperialista y el socialismo y la propia reivindicación de soberanía de la RDA.
Con unas infraestructuras prácticamente arrasadas por la guerra y en mayor grado que las de la RFA, la RDA vivió un periodo de expropiación y colectivización de tierras de latifundistas y criminales de guerra nazis iniciado tras la liberación y que continuaría tras la fundación del Estado. Durante el secretariado general en el PSUA (SED) de Wilheim Pieck (1946 – 1950) primero, y Walter Ulbricht (1950 – 1971) después, la RDA vivió un periodo de reconstrucción e industrialización, centrado en el desarrollo en la extracción de carbón, la generación de energía y la industria química; la creación de cooperativas agrícolas; creación y reparación de barrios destruidos por la guerra, como es el caso del bulevar Stalinalle; la renovación cultural de la mano de profesores y artistas como Bertolt Brecht, Willi Bredel, Anna Seghers… En definitiva, medidas centradas en la creación de un Estado socialista avanzado; en este contexto, Honecker es elegido Secretario General del PSUA en 1971 y posteriormente Presidente del Consejo de Estado en 1976. Su política, centrada en la unidad de la política económica y la política social repercuten en un mejoramiento del nivel de vida (aumento de salarios y pensiones) de los habitantes de la RDA. Entre los logros sociales que se alcanzan en la RDA destacan: la ausencia de paro, la utilización de los servicios médicos y adquisición de medicamentos gratuitamente, el acceso a una vivienda, las campañas de modernización y reconstrucción de viviendas sin coste para los inquilinos, el avance en la socialización de las tareas domésticas como pilar fundamental de avance en los derechos de las mujeres, la educación gratuita y de calidad, una seguridad social que asegura una pensión digna, los programas como el “Volkssolidaritát” (Solidaridad del Pueblo), la estabilidad de los precios sobre productos de primera necesidad y alquileres, los derechos del colectivo LGBT (la homosexualidad se despenaliza en 1968, en la RFA habrá que esperar hasta 1994...) Junto a un mejoramiento de los equipamientos industriales llevados a cabo a partir de 1971, creación de una industria puntera, como es el caso de la industria petroquímica; así como el mejoramiento de ciudades y barrios: construcción de piscinas públicas, parques… Todos estos logros llevan a la RDA a ser uno de los Estados socialistas más desarrollados, junto a Checoslovaquia, y ser reconocido como uno de los Estados mejor situados económicamente a nivel internacional.
Las empresas y cooperativas agrícolas se configuran como base del poder obrero y campesino en la RDA, desarrollándose la gestión de las mismas por parte de los trabajadores, mediante las estructuras sindicales y sus delegados. Destinaban parte de sus beneficios a la construcción de centros de vacaciones para los trabajadores, la realización de cursos de formación gratuitos para estos, la realización de contratos de aprendizaje durante 6 meses para los estudiantes con remuneración mensual, sin olvidar la reinversión de los beneficios para mejorar la calidad de las instalaciones.
En cuanto a la educación se implantó un sistema de grados con el objetivo de modernizar la educación, la gratuidad de la enseñanza, se crearon centros de estudios para la creación de cuadros especializados junto a la creación de becas y sueldos mensuales para determinados estudiantes, sin depender en ningún momento del nivel adquisitivo de sus padres, además se facilitó la integración en el mundo laboral con la creación de contratos de aprendizaje. También se priorizó la educación deportiva con la construcción de centros deportivos, pistas de atletismo, piscinas… Todo ello se enmarca en la revolución cultural que vivió la RDA, los murales, las obras arquitectónicas, la creación del instituto cinematográfico DEFA…
Los derechos de las mujeres también se incrementaron en la RDA, el nivel de ocupación de las mujeres en edad de trabajar alcanzo el 90 por ciento, los salarios eran equitativos a los de los hombres, el derecho al aborto libre durante los tres primeros meses de embarazo, el derecho a una paga en caso de tener uno o más hijos y ser viuda, soltera o divorciada, la posibilidad de pedir 26 semanas de vacaciones pre y postnatales con sueldo completo, la posibilidad de pedir un año de vacaciones a partir del segundo hijo cobrando un equivalente del 65 hasta el 90 por ciento del sueldo, la creación de jardines de infancia totalmente gratuitos y toda una serie de prestaciones sociales que garantizaban el cuidado de los hijos de la clase trabajadora.
Por otra parte, la RDA realizo una gran labor de internacionalismo proletario, el apoyo a los exiliados chilenos de la dictadura de Pinochet (que será correspondido acogiendo a Honecker en su exilio), el movimiento de solidaridad con el pueblo coreano, el apoyo a Nicaragua Sandinista, la acogida de españoles exiliados por el franquismo, su papel en el COMECON y en el Pacto de Varsovia.
La construcción socialista en la RDA se vería finalmente interrumpida por el avance del reformismo y la articulación de la contrarrevolución en bloque soviético. Los esfuerzos de oposición frontal de Honecker a las políticas de Gorbachov no impidieron su destitución en 1989 y la entrega de la RDA a la RFA violando el Acuerdo Básico en el que los dos Estados alemanes reconocían mutuamente su soberanía. Honecker, tras pasar una temporada en la embajada chilena en Moscú, será entregado a las autoridades alemanas, que le juzgarían retroactivamente, acabando en prisión por segunda vez, primero con el nazismo y ahora con la “democracia burguesa”, bajo parecidos argumentos; finalmente, debido a su salud, sería liberado y exiliado en Chile, donde moriría en 1994.
Tras la anexión de la RDA, las autoridades burguesas se apresuraron a vender las industrias y a desmontar todas las conquistas obreras. La RFA que tardo décadas en desmontar I.G. Farben (empresa química responsable de la fabricación del gas letal usado en el exterminio nazi) y en juzgar a los criminales de guerra nazis (dejando libres a muchos de ellos) se apresuró en desmontar las industrias de la RDA y en juzgar a sus dirigentes. Mediante la ayuda de “Treuhand” (mano fiel), institución encargada de privatizar las empresas públicas, se vendieron a precios irrisorios las industrias de la Alemania democrática a la burguesía de la RFA y a la oligarquía internacional, llevando al paro a cientos de miles de ciudadanos de la RDA, que se unirían a los millones de parados de la RFA. La descomposición de la RDA abarcó todos los ámbitos, no solo alcanzo a las industrias y a las políticas sociales, también en el ámbito cultural, el desmantelamiento de monumentos y edificios, entre los que destaca el de la estatua de Lenin, situada en Friedrichshain (Berlín), del artista Nikolái Tomsky; o el del Palacio de la República de Berlín, pese a la resistencia activa de numerosos trabajadores. En definitiva, todas las maniobras de la oligarquía de la RFA por desprestigiar la imagen de la RDA, pintándolo como un estado gris, policial y económicamente incompetente (pese al nivel de exportaciones de la RDA), choca con la realidad de la Alemania Oriental hoy en día, una región con una gran tasa de paro, de emigración y donde la nostalgia de la RDA cada vez es más patente.
Sirva como conclusión el siguiente extracto del alegato que Honecker pronunció como defensa en el juicio anticomunista al que fue sometido, y por el que fue condenado:
“Este objetivo del proceso, matar otra vez al socialismo ya dado por muerto, revela que tanto el señor Kohl, como el gobierno de la oposición de la RFA evalúan la situación. El capitalismo ha tenido en lo económico una victoria a lo Pirro, como una vez la tuvo Hitler en lo militar. El capitalismo a nivel mundial ha llegado a una situación sin salida. Sólo tiene la opción entre su ocaso en medio de un caos ecológico y social y la entrega de la propiedad privada sobre los medios de producción, es decir, el socialismo. Ambas significan su fin. Sólo el socialismo se les presenta a los dominantes de la República Federal Alemana evidentemente como el peligro más agudo. Por ello este proceso debe tomar medidas profilácticas igual como toda la ofensiva contra el recuerdo de la desaparecida RDA, así como su estigmatización como "Estado anti-jurídico".
“Yo no soy quien ha de hacer el balance de la historia de la RDA. No ha llegado aún el momento de hacerlo. Este balance lo harán otros y en otro momento. (…) Las enseñanzas provenientes de la experiencia de la RDA y de los demás países socialistas serán útiles en su conjunto para los millones de seres que viven en los países socialistas que aún existen y para todo el mundo de mañana. El que entregó su esfuerzo y su vida por la RDA no ha vivido en vano.”
Hoy, cien años después del nacimiento de Honecker, veinte años después de que el capitalismo diese por finalmente juzgado al socialismo, ha llegado la hora de hacer balance. Ante una crisis estructural que significa la agonía del sistema capitalista, cuando éste revela más nítidos que nunca sus límites históricos, la clase obrera y el pueblo trabajador en su conjunto debemos ser jueces de la Historia, tomando como ejemplo la RDA y el resto de experiencias socialistas, construyendo por fin nuestro futuro. Porque la alternativa de futuro para la humanidad, es cierto camarada Honecker, es el caos y la barbarie... o el socialismo.
“Yo entregué mi vida a la RDA. Y tengo, al término de mi vida, la certeza de que la RDA no fue fundada en vano”
Erick Honecker
Sergio A. Pampliega
En días recientes se han cumplido cien años desde que el 25 de agosto de 1912 naciera en Neunkirchen (Sarre), en el seno de una familia obrera y de tradición comunista, Erich Honecker.
Vinculado desde muy joven a la Juventud Comunista de Alemania, obtendría formación en la Escuela Internacional Lenin y volvería a Alemania con la llegada del nazismo en 1931 para iniciar la lucha antifascista como Secretario General de la Juventud Comunista de Alemania. Detenido en 1935, pasará diez años en prisión hasta ser liberado por el Ejército Rojo, será su primera experiencia como preso del régimen de la burguesía alemana, aunque no la última.
La conformación del estado socialista de obreros y campesinos de la RDA se sentó sobre la base de una unidad popular democrática y antifascista, lo que se tradujo en la organización de la clase obrera y el campesinado en torno a distintos organismos populares. Con este objetivo, tras el fin de la guerra, Honecker se vuelca en el proceso de conformación de la Juventud Libre Alemana (Freie Deutsche Jugend, FDJ), cuyo germen es la Juventud Comunista, que dirigirá durante 10 años. Durante esta época, la Juventud Libre Alemana jugará un papel muy importante en la reconstrucción de la Alemania de posguerra, centrándose principalmente en las campañas a favor de la paz y la desmilitarización. En la RFA, la FDJ combatirá el rearme y la militarización del ejército federal, que finalmente acabaría integrándose en la OTAN en 1955, convirtiéndose en cabeza de puente del imperialismo. En este contexto y por el auge de la política anticomunista en la RFA, la Juventud Libre Alemana será ilegalizada en 1951 (el Partido Comunista de Alemania lo será en 1956). Muchos jóvenes comunistas y antifascistas fueron arrestados, reprimidas sus manifestaciones, asesinados algunos de ellos, como Phillip Müller. A la par, en la RFA se completaba la integración total de los dirigentes nazis en todo lo amplio del aparato superestructural del sistema. Caso paradigmático de esto es el nombramiento de Hans Martin Schelyer como presidente de la patronal alemana, responsabilidad a la que accede desde su condición de directivo de Mercedes Benz y con el “mérito” de haber sido el último comandante de las SS en Praga. Cabe destacar que, pese a este contexto, la FDJ ni se rindió, ni desapareció de manera efectiva, sino que continuó su lucha en la clandestinidad.
En cambio, en la RDA, la Juventud Libre Alemana contaría con gran apoyo institucional y popular, y en el proceso de construcción del socialismo se convertiría en una organización de masas que agruparía a gran parte de los jóvenes alemanes, convirtiéndose en organización miembro del Frente Nacional y en 1948 en miembro de la Federación Mundial de la Juventud Democrática. Entre sus actividades encontramos la creación y dirección de centros culturales, clubs juveniles o discoteca; así como la organización de viajes y excursiones para la juventud a través de la agencia “Jugendtourist” y la actividad política dentro del Frente Nacional. Además de prestar ayuda en diferentes campañas de construcción y de seguridad.
La República Democrática Alemana se constituiría en 1949 como un Estado socialista y antifascista “de obreros y campesinos” tal como recoge su constitución. Con el objetivo primordial de la reconstrucción del país mediante la alianza democrática de cinco partidos políticos (Partido Socialista Unificado de Alemania, Partido Campesino Demócrata de Alemania, Unión Cristiano-Demócrata de Alemania, Partido Liberal Demócrata de Alemania y Partido Nacional Demócrata de Alemania) cinco organizaciones de masas (Confederación de Sindicatos Libres Alemanes, Unión Democrática de Mujeres de Alemania, Juventud Libre Alemana, Unión Cultural de la RDA y Unión de Ayuda Mutua Campesina) se conforma el Frente Nacional de la Alemania Democrática. El Frente Nacional se convierte en instrumento encaminado a incrementar e incentivar la actividad política de todos los ciudadanos de la RDA con la guía del partido obrero, de vanguardia y con más militantes en el país: el PSUA (SED), unión del Partido Comunista Alemán y del Partido Socialdemócrata de Alemania. Honecker sería nombrado en 1958 Secretario del Comité Central del PSUA (SED), cargo que mantuvo al ser nombrado en 1960 Secretario del Consejo de la Defensa Nacional, desde ese cargo acometió la construcción del Muro de protección antimperialista en 1961, construido a raíz de las crecientes tensiones ente la RDA y la RFA. El contexto que lleva a la construcción del muro de la defensa es una creciente militarización de la RFA, su entrada en la OTAN en 1955, su financiación de actividades contrarrevolucionarias (con más de 90 grupos de espionaje y acción) la RFA proclama repetidamente su finalidad oficial de anexión de la RDA. Cuán alta y cuán fuertemente fortificada deba ser una frontera, depende, como es sabido, del tipo de relaciones que existan entre los estados de ambos lados de ésta; en Berlín se vivía, en ambos lados de la misma calle, la contradicción antagónica entre el bloque capitalista-imperialista y el socialismo y la propia reivindicación de soberanía de la RDA.
Con unas infraestructuras prácticamente arrasadas por la guerra y en mayor grado que las de la RFA, la RDA vivió un periodo de expropiación y colectivización de tierras de latifundistas y criminales de guerra nazis iniciado tras la liberación y que continuaría tras la fundación del Estado. Durante el secretariado general en el PSUA (SED) de Wilheim Pieck (1946 – 1950) primero, y Walter Ulbricht (1950 – 1971) después, la RDA vivió un periodo de reconstrucción e industrialización, centrado en el desarrollo en la extracción de carbón, la generación de energía y la industria química; la creación de cooperativas agrícolas; creación y reparación de barrios destruidos por la guerra, como es el caso del bulevar Stalinalle; la renovación cultural de la mano de profesores y artistas como Bertolt Brecht, Willi Bredel, Anna Seghers… En definitiva, medidas centradas en la creación de un Estado socialista avanzado; en este contexto, Honecker es elegido Secretario General del PSUA en 1971 y posteriormente Presidente del Consejo de Estado en 1976. Su política, centrada en la unidad de la política económica y la política social repercuten en un mejoramiento del nivel de vida (aumento de salarios y pensiones) de los habitantes de la RDA. Entre los logros sociales que se alcanzan en la RDA destacan: la ausencia de paro, la utilización de los servicios médicos y adquisición de medicamentos gratuitamente, el acceso a una vivienda, las campañas de modernización y reconstrucción de viviendas sin coste para los inquilinos, el avance en la socialización de las tareas domésticas como pilar fundamental de avance en los derechos de las mujeres, la educación gratuita y de calidad, una seguridad social que asegura una pensión digna, los programas como el “Volkssolidaritát” (Solidaridad del Pueblo), la estabilidad de los precios sobre productos de primera necesidad y alquileres, los derechos del colectivo LGBT (la homosexualidad se despenaliza en 1968, en la RFA habrá que esperar hasta 1994...) Junto a un mejoramiento de los equipamientos industriales llevados a cabo a partir de 1971, creación de una industria puntera, como es el caso de la industria petroquímica; así como el mejoramiento de ciudades y barrios: construcción de piscinas públicas, parques… Todos estos logros llevan a la RDA a ser uno de los Estados socialistas más desarrollados, junto a Checoslovaquia, y ser reconocido como uno de los Estados mejor situados económicamente a nivel internacional.
Las empresas y cooperativas agrícolas se configuran como base del poder obrero y campesino en la RDA, desarrollándose la gestión de las mismas por parte de los trabajadores, mediante las estructuras sindicales y sus delegados. Destinaban parte de sus beneficios a la construcción de centros de vacaciones para los trabajadores, la realización de cursos de formación gratuitos para estos, la realización de contratos de aprendizaje durante 6 meses para los estudiantes con remuneración mensual, sin olvidar la reinversión de los beneficios para mejorar la calidad de las instalaciones.
En cuanto a la educación se implantó un sistema de grados con el objetivo de modernizar la educación, la gratuidad de la enseñanza, se crearon centros de estudios para la creación de cuadros especializados junto a la creación de becas y sueldos mensuales para determinados estudiantes, sin depender en ningún momento del nivel adquisitivo de sus padres, además se facilitó la integración en el mundo laboral con la creación de contratos de aprendizaje. También se priorizó la educación deportiva con la construcción de centros deportivos, pistas de atletismo, piscinas… Todo ello se enmarca en la revolución cultural que vivió la RDA, los murales, las obras arquitectónicas, la creación del instituto cinematográfico DEFA…
Los derechos de las mujeres también se incrementaron en la RDA, el nivel de ocupación de las mujeres en edad de trabajar alcanzo el 90 por ciento, los salarios eran equitativos a los de los hombres, el derecho al aborto libre durante los tres primeros meses de embarazo, el derecho a una paga en caso de tener uno o más hijos y ser viuda, soltera o divorciada, la posibilidad de pedir 26 semanas de vacaciones pre y postnatales con sueldo completo, la posibilidad de pedir un año de vacaciones a partir del segundo hijo cobrando un equivalente del 65 hasta el 90 por ciento del sueldo, la creación de jardines de infancia totalmente gratuitos y toda una serie de prestaciones sociales que garantizaban el cuidado de los hijos de la clase trabajadora.
Por otra parte, la RDA realizo una gran labor de internacionalismo proletario, el apoyo a los exiliados chilenos de la dictadura de Pinochet (que será correspondido acogiendo a Honecker en su exilio), el movimiento de solidaridad con el pueblo coreano, el apoyo a Nicaragua Sandinista, la acogida de españoles exiliados por el franquismo, su papel en el COMECON y en el Pacto de Varsovia.
La construcción socialista en la RDA se vería finalmente interrumpida por el avance del reformismo y la articulación de la contrarrevolución en bloque soviético. Los esfuerzos de oposición frontal de Honecker a las políticas de Gorbachov no impidieron su destitución en 1989 y la entrega de la RDA a la RFA violando el Acuerdo Básico en el que los dos Estados alemanes reconocían mutuamente su soberanía. Honecker, tras pasar una temporada en la embajada chilena en Moscú, será entregado a las autoridades alemanas, que le juzgarían retroactivamente, acabando en prisión por segunda vez, primero con el nazismo y ahora con la “democracia burguesa”, bajo parecidos argumentos; finalmente, debido a su salud, sería liberado y exiliado en Chile, donde moriría en 1994.
Tras la anexión de la RDA, las autoridades burguesas se apresuraron a vender las industrias y a desmontar todas las conquistas obreras. La RFA que tardo décadas en desmontar I.G. Farben (empresa química responsable de la fabricación del gas letal usado en el exterminio nazi) y en juzgar a los criminales de guerra nazis (dejando libres a muchos de ellos) se apresuró en desmontar las industrias de la RDA y en juzgar a sus dirigentes. Mediante la ayuda de “Treuhand” (mano fiel), institución encargada de privatizar las empresas públicas, se vendieron a precios irrisorios las industrias de la Alemania democrática a la burguesía de la RFA y a la oligarquía internacional, llevando al paro a cientos de miles de ciudadanos de la RDA, que se unirían a los millones de parados de la RFA. La descomposición de la RDA abarcó todos los ámbitos, no solo alcanzo a las industrias y a las políticas sociales, también en el ámbito cultural, el desmantelamiento de monumentos y edificios, entre los que destaca el de la estatua de Lenin, situada en Friedrichshain (Berlín), del artista Nikolái Tomsky; o el del Palacio de la República de Berlín, pese a la resistencia activa de numerosos trabajadores. En definitiva, todas las maniobras de la oligarquía de la RFA por desprestigiar la imagen de la RDA, pintándolo como un estado gris, policial y económicamente incompetente (pese al nivel de exportaciones de la RDA), choca con la realidad de la Alemania Oriental hoy en día, una región con una gran tasa de paro, de emigración y donde la nostalgia de la RDA cada vez es más patente.
Sirva como conclusión el siguiente extracto del alegato que Honecker pronunció como defensa en el juicio anticomunista al que fue sometido, y por el que fue condenado:
“Este objetivo del proceso, matar otra vez al socialismo ya dado por muerto, revela que tanto el señor Kohl, como el gobierno de la oposición de la RFA evalúan la situación. El capitalismo ha tenido en lo económico una victoria a lo Pirro, como una vez la tuvo Hitler en lo militar. El capitalismo a nivel mundial ha llegado a una situación sin salida. Sólo tiene la opción entre su ocaso en medio de un caos ecológico y social y la entrega de la propiedad privada sobre los medios de producción, es decir, el socialismo. Ambas significan su fin. Sólo el socialismo se les presenta a los dominantes de la República Federal Alemana evidentemente como el peligro más agudo. Por ello este proceso debe tomar medidas profilácticas igual como toda la ofensiva contra el recuerdo de la desaparecida RDA, así como su estigmatización como "Estado anti-jurídico".
“Yo no soy quien ha de hacer el balance de la historia de la RDA. No ha llegado aún el momento de hacerlo. Este balance lo harán otros y en otro momento. (…) Las enseñanzas provenientes de la experiencia de la RDA y de los demás países socialistas serán útiles en su conjunto para los millones de seres que viven en los países socialistas que aún existen y para todo el mundo de mañana. El que entregó su esfuerzo y su vida por la RDA no ha vivido en vano.”
Hoy, cien años después del nacimiento de Honecker, veinte años después de que el capitalismo diese por finalmente juzgado al socialismo, ha llegado la hora de hacer balance. Ante una crisis estructural que significa la agonía del sistema capitalista, cuando éste revela más nítidos que nunca sus límites históricos, la clase obrera y el pueblo trabajador en su conjunto debemos ser jueces de la Historia, tomando como ejemplo la RDA y el resto de experiencias socialistas, construyendo por fin nuestro futuro. Porque la alternativa de futuro para la humanidad, es cierto camarada Honecker, es el caos y la barbarie... o el socialismo.