Publican la primera novela de Vasili Grossman sobre la batalla de Stalingrado
Publicada en 1952, Por una causa justa fue la novela más cercana al socialismo de Grossman.
Publicada en 1952, Por una causa justa fue la novela más cercana al socialismo de Grossman.
por Roberto Careaga C.
Si hubiese tenido mejor vista, Vasili Grossman habría cargado un rifle. Se habría lanzado contra los "soldados de Hitler", como prefería llamar a los alemanes, cuando en 1941 las tropas nazis entraron en territorio soviético. Estuvo en el frente, pero como reportero para el periódico del ejército de la URSS, Estrella Roja. Aunque se perdió la victoria rusa de la batalla de Stalingrado, Grossman cubrió buena parte de la enfrentamiento y desde ahí sacó material para escribir algunas de las novelas que más fielmente retratan la crueldad de la guerra. Algo más: de esos días en Stalingrado sacó la base para entrar y salir del realismo socialista. A la larga, iba a quebrar con el estalinismo.
Antes de Vida y destino, esa enorme obra que cristaliza su disidencia con la URSS, Grossman escribió la novela Por una causa justa: un largo y realista relato sobre los inicios del estallido de Stalingrado, aún imbuido por los ideales de la revolución de 1917. Exalta la utopía soviética y ataca el fascismo de Hitler y Mussolini.
Desencanto
Publicada originalmente en 1952, la novela acaba de ser lanzada en castellano por el sello Galaxia Gutenberg. Son 1.090 páginas en que Grossman, siguiendo las reglas del realismo socialista, describe los meses previos al enfrentamiento en Stalingrado. Sigue a más de 200 personajes de la sociedad rusa. Entre ellos, al comisario Krímov, el viejo marxista Mostovskói, el científico Shtrum y a la joven y vital Aleksandra Sháposhnikova. Mientras sobreviven a la guerra, reflexionan sobre el destino del comunismo y la URSS.
En su momento, Por una causa justa tuvo varios opositores oficiales. El diario oficial Pravda criticó Por una causa justa por ser "demasiado sicológica, imbuida de ideología hostil y de filosofía idealista". Entre los jerarcas soviéticos cayó muy mal que Grossman no mencionara ni una sola vez a Stalin y subestimara al Partido Comunista en el desarrollo de la batalla. El impasse tuvo un efecto: el escritor debió escribir una carta de arrepentimiento.
Sin embargo, Grossman en la novela apoya sin dudas a la URSS: "La fe del pueblo en la verdad y su amor por la libertad se convertían en armamento y en un sólido vínculo entre los soldados y los oficiales del Ejército Rojo", escribe. Y, en contraposición, añade que "el fascismo pretendía subyugar la razón, el alma, el trabajo, la voluntad y los actos del hombre".
Grossman tenía otro problema: era judío y Stalin era antisemita. En el momento de la publicación de Por una causa justa, el Comité Antifascista Judío, del que era parte el novelista, había sido fuertemente asediado por el Partido. Se cree que de no morir Stalin en 1953, Grossman habría sido detenido.
Sucedió lo contrario: en los años siguientes, la novela fue reimpresa y Grossman recibió la condecoración de la Bandera Roja al Trabajo. Paralelamente, el periodista trabaja en la continuación de Por una causa justa. Había una diferencia: si bien Vida y destino también narra la batalla de Stalingrado, critica duramente la vida soviética. En octubre de 1960 entregó un manuscrito a la editorial Znamya; poco después, la KGB confiscó todas las copias existentes. Salvo dos. Recién en 1980 la novela se publicó en Suiza. Grossman llevaba 14 años muerto, pero en ese momento empezó a vivir de nuevo.
La Tercera 15/06/2011